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Ciudad Parus​í​a

by Los Bufones de Dios

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1.
Capítulo II: “LA PREGUNTA DEL MILLÓN” (Qué vas a hacer…?) Quizá fuera porque nunca antes había habido una reacción desesperada. Quizá fuera simplemente, el miedo a lo realmente desconocido. Lo realmente desconocido… Causa y consecuencia casi inmediatas, una pregunta llevará a una serie de posibles respuestas. ¿Dónde está La Buena Risa…? ¿Dónde está La Buena Risa…? He aquí la causa de nuestra entrada a “lo realmente desconocido”; consecuencia de una desesperación, que irá sumando desesperaciones a lo largo de la ausencia de respuestas, y al timbrazo de una alarma que irá haciendo saltar, paulatina e inevitablemente, todas las demás alarmas dentro de la cabeza. Y fuera del corazón. Bien mirado, parece ser que en realidad nada extraño hubiera ocurrido. Si uno lee la “lista de accidentes” en las policiales de un periódico, que un automóvil atropelle a un peatón, no solo será cosa diaria; pasa cada minutos en una ciudad grande. Este, hubiera sido solo otro accidente; colorido accidente por cierto que un bufón sea atropellado en medio de un desfile… jeje!! Pero nada más. Honestamente… Lo que estalló en el pecho de Luis, en mi pecho, fue la comprensión. Ver que la cosa estaba siendo realmente más profunda de lo que uno creía. A ver… A quién le sorprende (realitas realitatum…) que, en una sociedad en crisis, en un país en crisis dentro de un mundo en crisis, un individuo en crisis (aún un “purrete de no más de 20 abriles”…) haga una catarsis dominguera en medio de un día de fiesta, a unas cuadras de una plaza…? A quién puede sorprenderle…? Digo, somos bufones, no idiotas. Salimos a las calles a reír y a hacer reír; eso no quiere decir que no seamos conscientes del mundo en que vivimos; de la sociedad a la que pertenecemos; de la serie de peligros y violencias instalados en un sistema de diferencias, en el que la simple “portación de jeta” hace que tengas que cuidarte, también, de quienes tus impuestos pagan por cuidarte. Jeje…!! Mi viejo, decía que “no solo hay que ser bueno; también hay que parecerlo”…jeje…! Y la verdad, es que a mí nunca me quedó suficientemente claro, qué es lo que se quiere decir con semejante aforismo (y nunca, creo yo, mejor significado el término aforismo: o sea, fuera de contexto… jeje! En fin). Soy, un bufón bastante bueno, y quien sepa ver, sabrá que parezco lo que soy, aunque no me esfuerce mucho por tratar de demostrarlo. Ahora, puede ser que, ser un buen bufón, no me haga un buen abogado, y que ninguna de estas dos cosas me conviertan a su vez, en un buen tipo. Hasta ahí, lo tengo claro. Y sé también que este es un mundo en el que es más importante parecer; porque aparentemente, no soy el único que no comprendió, a tiempo y bien, el mecanismo de maldad contenido en esas palabritas (cruel ambigüedad de la magia del entredicho…jeje!), y mi viejo, en paz descanse, nunca se explayó demasiado en todas las alternativas posibles que ese “parecer” puede ofrecer al usuario; jeje…!! Y en ese “parecer ser”, se han ido instalando, con el tiempo y la costumbre, toda una serie de simulaciones. A esas simulaciones, uno, por definición de costumbre, se adapta (la teoría del grifo, se entiende…?). Uno, sabe que, por no poder conformar a dioses y diablos, casi siempre termina molestando a uno de los dos. La Buena Risa, digo, sabemos que es algo que necesita de cierta profundidad; y no siempre se está a la altura de sacarla de esa profundidad. ¿Cómo lo explico…? A ver… Pasa con uno mismo. Luis (espíritu docente si los hay, este Luis…), siempre decía que uno mismo es el ejemplo más preclaro de las carencias y los defectos; que no hay necesidad de salir a la calle a buscar culpables de lo que a uno le sucede. Buenos y malos días, dice él, son compaginaciones en el libreto que hoy estemos dispuestos a escribir (la teoría del “vaso mitad o mitad”, recuerdan…?). Esas compaginaciones harán que uno vaya descubriéndose a sí mismo; y ese “infraganti” descubrirse, si se es lo suficientemente honesto, habrá de llevarlo a uno, al reconocimiento de sus “mitad lleno mitad no” con que va encarando sus quehaceres. Digo, me encanta ser bufón; pero, “veritas veritatum”, maquillarme, vestirme, caerme, lastimarme, volver cansado, dolorido, y mañana otra vez, cada vez me gusta menos. Es así: “Mi Vida, está llena de “hacer lo que me gusta”, y gracias al Buen Dios por esta bendición; pero para hacer una cosa que me gusta, me encuentro que tengo que hacer muchas cosas que, realmente, no me gustan”. Así decía (dice; creo, que todavía dice…) Luis. Así de sincero, es él. El caso es que uno se acostumbra a recibir de todo. El aplauso gentil, y el festejo sincero; el saludo cordial, y el abrazo afectuoso; el reconocimiento debido, y la felicitación emocionada; el agradecimiento formal, y la gratitud del Alma. Y uno, puede cansarse, incluso, hasta de eso. Pero aquello, fue otra cosa. Violencia… No digo, que no haya sido parte de un proceso lento y sistemático. El tiempo, dirá que uno tiene que haberlo visto venir. Y si; así es, así fue. Pero verlo venir es una cosa, y tenerlo ahí, frenando delante de los pies de uno una tarde de domingo, es radicalmente, otra muy distinta. Supongo que eso de que “la esperanza es lo último en perderse” (eso no lo decía mi viejo, jeje…!), aportó después de todo, su cuota de sarcasmo inocente (…o fue al revés…? Jeje…!). Yo soy viejo (ya ni sé cuál es mi verdadera edad, en serio…), y les digo, que en mi vida he visto y vivido cosas que no quiero recordar. Pero los años, más sabios que yo en sonrisas y en palizas, me endurecieron el gesto, y me suavizaron el carácter. Y tenía la esperanza, para qué voy a negarlo, que no estuviera ocurriendo lo que sabía que estaba ocurriendo. Comparto con Luis la visión de un futuro incierto, y comparto la Esperanza implícita de esa incertidumbre. Soy, como él es, de los que dan sinceramente el beneficio de la duda. Y soy de los que dudan, para bien y no tan bien (ya veremos cómo, lo que mal viene termina siendo también un beneficio, aunque sea beneficio a largo plazo, jeje…!). Si bien cometo errores por apuro, nunca fui un desesperado. Sé que la desesperación es mala compañera a la hora de la acción; y que proyectar el caos desde el ángulo incierto de la sospecha, resulta casi siempre en una niebla, un espejismo. Y esa niebla, imposible de romper, es lo que, al fin y al cabo, termina desatando la tormenta de la desesperación. Y es la desesperación en definitiva, que, liberada ya de la atadura de las dudas, desata también la tempestad del miedo; y, ya sabemos, desesperación y miedo son un cóctel tan “nitroglicerínicamente” explosivo (jeje… cuando quiero, soy “sarcásticamente” florido, no es verdad…?), como lo es la violencia contenida en la cadena del instinto de conservación, que dicho sea de paso, veremos de qué sirve, después de todo. Violencia… Más allá de lo meramente anecdótico, está la anécdota objetivamente intrínseca en los hechos. Y es el análisis que desde la vivencia uno puede hacer, lo que en definitiva intentan redondear esta serie de reflexiones que les vengo compartiendo. Somos nada más que un grupo de bufones. Pero evidentemente, “alguien” ha querido que seamos “algo más”. Aquí, es donde digo, “a la mierda… se acabó la cordura”. Violencia… ¿Se dieron cuenta de que muchas veces, cuando nos compenetramos en ver algo, lo vemos por todos lados…? Pues bien, eso es lo que comenzó a pasar con nosotros; nos compenetramos tanto en lo que nos ocurrió ese domingo, que luego, empezamos a “ver” que eso ocurría en cada lugar al que fuéramos. Hablaba hace un rato, de esa serie de alarmas que saltaron a partir de un solo “timbrazo”. “Efecto dominó” le dicen los que saben. Yo no sé si es que verdaderamente eso comenzó a ocurrir a partir de aquél domingo; lo que sí sé, es que nosotros lo “vimos” a partir de ese domingo, y nunca más pudimos parar de ver esas “señales” en cualquier lugar, en cualquier calle, en cualquier barrio, allí donde estuviéramos. Tan es así, que para empaparnos de esa “realidad”, y para intentar confirmar si era cierto lo que creíamos estar viviendo, decidimos, de común acuerdo, y como método de corroboración general, dejar de: leer periódicos, ver noticieros, escuchar radio, y dedicarnos, lisa y llanamente, a observar lo que veíamos. A contrastar los hechos a través de nuestras propias vidas. Violencia… Fue así como comenzaron a destrabarse, una a una, todas las razones que pudieran haber contenido a la duda, a la desesperación, y al miedo, en todos nosotros; Bufones de Dios primero, y luego en todos los Bufones de Parusía. Así, duda desesperación y miedo, desbordaron los ojos que se estaban llenando, paulatinamente, de violencia. Y la violencia que se estaba desatando comenzó a afectar, definitivamente, nuestra posible tranquilidad, y a hacer tambalear ese pequeño bastión de paz que había significado, hasta ese momento, ser Los Bufones de Dios. Violencia… Intranquilos, con nuestras vallas quebrantadas por el advenimiento de una carrera cada vez más rápida, más frenética, más violenta y más desesperada, hacia un espejismo de posesión, inseguridad y desprotección, decidimos tomar partido. A ver; no crean que lo que luego hicimos, tenía, en principio, el sentido del altruismo pleno de quien obra únicamente por bien de su prójimo. Luis, como siempre digo, es (era…?) un buen tipo, siempre dispuesto a dar una mano donde fuera que pudiese, pero de ahí a la filantropía del abnegado bienhechor, había un camino que recorrer; y él, todavía, no lo había recorrido. Digo, todavía no… Violencia… Yo, como les contaba, entre sonrisas y palizas aprendí que la distancia prudencial, ayuda a mantener el cuello alejado del filo de todas las navajas. De la navaja ajena a uno, pero también, de la navaja propia al otro. Así iba yo, con un camino recorrido hacia un “momentum” muy determinado. El tiempo, y “la pregunta del millón”, dirían que el camino, en realidad, iba a ser otro. Violencia… Precipitados todos los sucesos, y en el vilo alocado en el que la desesperación suele sumergir a quienes toma prisioneros, uno ve que, de las pocas cosas que son capaces de detener esa carrera, la más inmediata y menos cruda (y ya veremos cómo hay maneras mucho más “crudas” de detener “una corrida”… si señor…! Jeje…!), resulta ser la madrugada del despertar frente a un espejo, y ver tu propio rostro reflejando tu mirada. Violencia… Qué otra cosa podés hacer en esa situación…? Violencia… Ver cicatrices…? Violencia… Ver palideces…? Violencia… Ver otra arruga más…? (manchas viejas en tigres viejos, no son motivo de maravillas nuevas, no es verdad…? Jeje…!!) “Y ahora, tigre viejo…? Qué vas a hacer ahora…? Qué vas a hacer sin dientes y sin uñas…? Luis… Qué vamos a hacer…? Dale Luis… que yo estoy viejo ya para salir como rata por tirante…!! Carajo Luis…!!! Qué vas a hacer…?!!! Qué vas a hacer…??!!!” Violencia… …Y Luis comenzó El Viaje. S.O.Y.-
2.
La Lluvia 04:51
3.
Los Kui 07:14
4.
5.
El Taxi 05:28
EL TAXI El taxi viajaba Vago, vespertinado. Directo, empedrando el silencio humedoso. Invierno en el cuore Barrio mal agüero Tango de A.M. que suena fulero El tipo se sube, siniestro Oscurando la cara Detrás del asiento. Respirando, El faso resultaba eterno. _”Doblá derecho, pape…!” …y la noche me encierra en ese agujero. Se acabó la calle; Muerteado siento navaja al cuello; G.N.C. volando, y yo guita, no tengo… _”…Dámela o te hago…!!” _”Carajo, esto sí que es vivir al pedo…!” El tipo que huele a tajo Y yo, qué locura pelo…! Igual que él; igual él que estaba empinado, Yo, que locura igualo… _”…Taqueteparió si me vas a finar, vó no vá llegar lejo…!!!” El taxi y el árbol, Abrazado gesto. _”Igual qu’ellos”, batió patrullero; Locos se mataron Como tiempo muerto…
6.
7.

about

©2009. Reservados todos los derechos de los autores y compositores, del productor fonográfico, del editor, y de los intérpretes de las obras reproducidas en este ejemplar. Prohibida la reproducción, regrabación, alquiler, préstamo, canje, ejecución pública, y difusión por cualquier medio y procedimiento sin previa autorización o cualquier otro uso no autorizado. SADAIC - BIEM / AADI - CAPIF. Industria Argentina. Disco es Cultura.

credits

released June 5, 2009

El nombre "Los Bufones de Dios" está tomado de la traducción al español de la novela del célebre escritor australiano M. West, "The Clowns of God", cuyo tema de desarrollo, el advenimiento de la parusía y sus posibles consecuencias, que es a su vez motivo y columna vertebral para el primer opus del grupo "Ciudad Parusia".

Este CD fue Producido íntegramente por Los Bufones de Dios en Manija Graba estudio entre 2008 y 2009.
Técnico de Grabación, Edición y Mezcla: Juan "Juanee" Rodriguez.
Masterizado en Astor Mastering por Juan "Cana" San Martín.

Músicos:
Juan "Juanee" Rodriguez del Castillo: Batería y Programaciones.
Julia "China" Rodriguez del Castillo: Bajo y Voces.
Pablo "Techai" Rodriguez: Guitarras, Voces y Teclados.


Ilustración de tapa y contratapa: "Colo".
Diseño de packaging: Favio Domenice del "Ojo Blindado".

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Los Bufones de Dios La Plata, Argentina

Somos una cuarteto de Rock Fusión formado en el año 2008 en la ciudad de Buenos Aires.

Nos definimos como un proyecto multimedial.

Formación actual:
Juli Rodriguez: Bajo y Voz
Jere Salice: Guitarras
Pablo Rodriguez: Guitarras, Teclados y Coros.
Juan Rodriguez: Batería y Programaciones.
Ine Naranjo: Diseño
Nico Urruchurtu: Audiovisuales
Gaby Jefaza: Producción
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